30.11.06

Narcocorrido a precio de oro


Capos anónimos pagan en dólares por temas que inmortalizan su vida; "sí pagan bien, pagan de 30 a 40 mil dólares por un solo corrido, depende de cómo lo quieran. A mí lo más que me han pagado han sido 40 mil dólares por uno", dijo Gonzalo Peña, El Rey del narcocorrido, sin dar nombres

No son especulaciones, los narcotraficantes pagan para que compositores de narcocorridos relaten sus hazañas en el hampa y son remunerados con miles de dólares, de acuerdo con El Rey del narcocorrido, Gonzalo Peña.

"Ellos pagan, pero ahora sí vamos a tener bastante miedo de hacerlo. Sí pagan bien, pagan de 30 a 40 mil dólares por un solo corrido, depende de cómo lo quieran. A mí lo más que me han pagado han sido 40 mil dólares por uno", dijo sin dar nombres, pero aseguró que esa cantidad ha estado en su cuenta bancaria.

"Sabemos que las personas que pagan esta cantidad son personas de algún cártel de la droga", agregó.

Por su parte, Teodoro Bello, compositor de canciones como "Pacas de a kilo" y "Jefe de jefes", dice que a él nunca le han ofrecido "una lanita" por componer algunas aventuras, sino que él toma temas del dominio público y después las hace canción.

"No es ilógico que paguen por un narcocorrido, porque hay gente que a veces realiza un viaje, le va bien y quiere que le hagan un corrido, eso tiene lógica; yo no me manejo así.
"A mí no me han ofrecido nada, si me lo ofrecieran a lo mejor lo acepto, porque yo no estoy incurriendo en ningún delito, pero tendría que ser verdad el personaje y que no tuviera agresividad, que no sea matón", dijo.

Sin embargo, Peña confirma que no sólo se platica, sino que es una realidad, y lo primero que hace un narco en una operación exitosa es contratar a alguien para que le escriba y hasta cante su aventura. Primero los mismos narcos designan una persona como su intermediario y éstos dan detalles de los sicarios, después ya todo es obra de la pluma del compositor, en este caso de Gonzalo Peña. Hoy, el conocido Rey del narcocorrido se encuentra temeroso de seguir componiendo las aventuras del hampa, por lo que le pasó a su colega Elizalde y otras ejecuciones que se han registrado.

"Estamos muy preocupados por tanta inseguridad, de hecho todo el medio artístico está preocupado. Corre uno ese peligro, no sólo de amenazas, sino de muerte, lo sabemos de antemano, en el caso mío, a veces sí nos piden los corridos o nos llaman por teléfono y en realidad nunca se conoce a los que mandan a hacer la historia y tampoco queremos saber quiénes son, pa´ qué se la juega uno. Nosotros los compositores estamos preocupados y ahora pensamos que si te piden uno, pues ya no hacerlo."

Con tanta ejecución, Gonzalo Peña se retirará de continuar componiendo narcocorridos y lamenta la muerte de su colega Valentín Elizalde, a quien le dedicó la canción El Gallo de Sonora a manera de homenaje.

"Ya suena en la radio de Monterrey. A estas alturas yo no quisiera uno cobrar sino vivir en el caso de los narcocorridos, porque ahorita prefiero no ganar, mi vida vale más que 30 mil o 40 mil dólares", aclaró el compositor.

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27.11.06

Por riñas, 81 muertes en penales


Cada vez hay más violencia tras las rejas; por causas naturales, 383 internos perdieron la vida. La problemática de los suicidios originados por la depresión o problemas personales de los internos sumaron 92 reos

A pesar de estar bajo custodia y tras las rejas, la violencia en los reclusorios del Distrito Federal cobró 81 muertos y 4 mil 315 riñas a lo largo de estos seis años de administración.

De hecho, según las estadísticas de la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal, las muertes violentas al interior de los distintos reclusorios capitalinos fueron en aumento al ocurrir 8 en 2000, 10 en 2001, 14 en 2002, 10 en 2003, 15 en 2004, 18 en 2005 y seis hasta junio del presente año.

Por causas naturales, 383 internos perdieron la vida. La problemática de los suicidios originados por la depresión o problemas personales de los internos sumaron 92 reos.

En este lapso, la dirección general de Prevención y Readaptación Social contabilizó 236 huelgas de hambre de internos que buscaban llamar la atención, revisión de sus condenas y quejarse de situaciones irregulares al interior de la cárcel.

En cuanto a riñas por espacio, venganzas y otro tipo de problemas, se registraron 4 mil 315 del 2000 hasta junio del presente.

A lo largo de estos seis años la población se fue modificando hasta rebasar los 32 mil presos en las diferentes cárceles, de los cuales cerca de 2 mil corresponden al fuero federal.

La población penitenciaria, según estas estadísticas fue en evolución al pasar de 21 mil 857 internos a 32 mil 584 hasta junio del 2006, lo que evidencia una problemática de sobrepoblación y hacinamiento.

No obstante el GDF puso en marcha diferentes mecanismos de libertad anticipada a fin de desahogar los reclusorios, es decir, obtener la libertad en casos de reos con buena conducta y labor social en prisión.

Otro recurso fue la colocación de brazaletes electrónicos para dar la libertad a aquellos reos que podían ser monitoreados a distancia y pagar condena desde sus domicilios.

Según esta cifra, los presos fueron aumentando al incrementarse también las remisiones de la Policía Preventiva.

En 2000 se contaba con 21 mil 857 presos; en 2001 22 mil 53; 2002, 20 mil 676; en 2003, 26 mil 567; en 2004, 28 mil 667; en 2005, 31 mil 373 y hasta mediados de 2006, 32 mil 584 internos.

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24.11.06

Ahorca a sus tres hijos

Esta vez la pelea con Mónica, su esposa, tuvo la peor de las consecuencias. Gustavo no aguantó la depresión y bajo los influjos de las drogas y el alcohol se desquitó con sus tres hijos menores. Los estranguló.

Tras su captura, efectuada por vecinos, el hombre aseguró: "Yo no maté a nadie, a mis hijos los dejé dormidos en mi casa". Policías municipales aseguraron que declaró que su mujer lo había engañado.

Tenían un mes de haberse separado. Mónica y Gustavo vivían una relación difícil desde hace más de cinco años. No estaban casados y al parecer sus conflictos eran por las adicciones que él tenía al alcohol, las drogas, y que estaba desempleado.

Escenificaron una fuerte discusión antes de las dos de la tarde, que llegó a los golpes, cuando ella salió a pedir auxilio porque fue agredida a puñetazos. Él, en completo estado de intoxicación, ahorcó a sus tres hijos: Christopher, Kevin y Romina, de cinco , tres y año y medio. Los cuerpos quedaron acomodados en fila y en su entorno estaban los juguetes preferidos.

Mónica regresó y encontró los tres cuerpos y de inmediato pidió el auxilio de la policía.

Familiares de ambos llegaron a la escena del crimen, la cual fue acordonada por la Procuraduría mexiquense y Protección Civil de Neza, mientras se montó un operativo por tierra y aire para localizar al asesino, quien huyó en una bicicleta y llevaba una herida en la cara que le propinó su mujer en la pelea con unas tijeras.

Los hechos ocurrieron en la calle Indios Verdes, colonia Evolución de Nezahualcóyotl.
Fue alrededor de las 18:30 horas cuando un grupo de vecinos y familiares de la madre de los niños asesinados localizaron a Gustavo, de 26 años, quien regresaba a su casa "para apaciguar las cosas".

El hombre fue golpeado y finalmente rescatado por la patrulla 978 de la policía municipal en el cruce de la glorieta de Colón y Ángel de la Independencia.

Gustavo intentó suicidarse, cortándose las venas, pero sólo logró herirse las muñecas, además presentaba hematomas por golpes en la cara y heridas de arma punzocortante en la cara y brazo derecho.

El Camarada Chikatilo y el Rey Manson


23.11.06

Narcojuniors siembran miedo en indigentes

"Mira lo que me hicieron los culeros, mira." La voz de Ignacio Franco se escuchaba fuerte, pero empezaba a apagarse. El fuego, voraz, consumía su cuerpo: un grupo de vándalos, presuntamente narcojuniors, lo despertaron a patadas, lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego. Horas después murió.

Desde septiembre pasado indigentes de Culiacán han sufrido diversas agresiones: seis han sido quemados, al menos 20 golpeados con bates y palos, y uno fue tomado de tiro al blanco por los agresores, quienes le dieron muerte de tres balazos.

Según versiones de los afectados, los responsables de los ataques son unos 10 o 15 jóvenes que operan entre una y tres de la mañana y se transportan en tres vehículos: una camioneta Chevrolet, un automóvil compacto y una camioneta Lobo, color verde o Hummer blanca.

La plazuela Antonio Rosales, el malecón viejo, la zona circundante al supermercado MZ, en Lomas del Bulevar; el área de descargas de aguas residuales, en la avenida Aquiles Serdán, y el parque Constitución han sido los lugares donde se han cometido las agresiones.

Brigadistas de la Cruz Roja tienen conocimiento de este problema porque han atendido a los lesionados; también está enterado el personal del hospital civil donde han permanecido internadas algunas de las víctimas, y el cuerpo de bomberos.

Pero la policía dice que nada sabe. Octavio López Valenzuela, director de seguridad pública municipal, asegura que existen versiones de indigentes sobre dichos actos violentos, pero "nada confirmado".

¿Qué hiciste, bato?

Sólo aquel agente de la policía ministerial que con alevosa imprudencia soltaba a Ignacio Franco la insistente pregunta: "¿Y qué hiciste, bato?, ¿qué hiciste para que te hicieran esto?, ¡porque algo has de haber hecho!"

Eran las 2:50 del jueves 12 de octubre. Ignacio Franco dormía en una de las bancas de madera, ubicada en la esquina de Rafael Buelna y Presa Valsequillo, en el parque Constitución, cuando un grupo de jóvenes lo despertó a patadas.

Aún dormido, sintió el frío líquido de la gasolina. No supo qué era ni qué pasaba. Enseguida los agresores le prendieron fuego con un cerillo. El indigente, de 41 años de edad, corrió despavorido, gritando y revolcándose en el césped.

Echó a correr por Buelna y en el cruce con Venustiano Carranza fue interceptado por una patrulla de la Dirección de Seguridad Pública de Culiacán y una ambulancia de la Cruz Roja.
"Presentó quemaduras de segundo grado en diferentes partes del cuerpo, lesiones que sufrió momentos antes, cuando dormía en el parque Constitución y llegaron varios desconocidos que lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego", fue el parte 9568/2006 de la unidad 1036 de la corporación, firmado por el agente Silverio Valdenegro.

Ignacio fue trasladado al área de urgencias del hospital civil. Llegó consciente, gritando: "¡ayúdenme, me quemaron los juniors!" Personal del nosocomio ­que prefirió conservar el anonimato­ informó que el indigente insistía en acusar: "fueron ellos, llegaron en una Hummer". Después de 39 horas de haber ingresado al hospital, murió.

Echale, échale gasolina

A las dos de la madrugada de ese mismo día (12 de octubre) entre 10 y 15 jóvenes arribaron a la plazuela Antonio Rosales. Comenzaron a patear y golpear con bats a los indigentes que ahí dormían. Unos corrieron, pero uno, llamado Guillermo, se acobardó cuando se vio acorralado.
Varias patadas y palazos lo arrinconaron. No los vio, pero escuchó cuando uno de los agresores dijo a otro: "échale, échale gasolina". La sensación inicial de un líquido helado pronto se convirtió en llamas.

Los desconocidos corrieron a abordar sus vehículos. Guillermo también corrió, pero mientras más lo hacía más se encendía su cuerpo. Se echó de cabeza en una de las macetas de dicha plazuela, ahí mitigó un poco el fuego.

Corrió hacia el malecón viejo, hasta el puente Miguel Hidalgo. Subió y enfiló al norte, rumbo al hospital civil. Ahí sintió desfallecer y fue cuando pidió a Dios: "Señor, un paro, déjame llegar al hospital, no permitas que me desmaye, que me agarre la muerte, dame fuerzas para llegar".
Como pudo arribó a urgencias. Desde entonces se recupera en un área especial, aislado, sólo acompañado por el recuerdo de lo que vivió, que a cada momento lo hace llorar.

La madrugada del 28 de agosto, en el tramo de la carretera Culiacán-Rancho Viejo, fue encontrado con tres balazos un indigente de entre 50 y 60 años, no identificado, a quien, según informes de la procuraduría de Sinaloa, los agresores agarraron de tiro al blanco sin motivo alguno.

Tenemos miedo de morir quemados

Luego de la ola de agresiones contra indigentes, varios de ellos, quienes antes solían pernoctar en la plazuela Antonio Rosales, se han ido. Otros se esconden, buscan otras guaridas, temen ser agredidos y morir quemados. A la plazuela sólo van de día.

Víctor, a quien los presuntos narcojuniors le quebraron un palo de escoba en la cabeza, comenta que los agresores son jóvenes "pesados" que se transportan en tres automóviles, entre ellas una camioneta tipo Lobo, color verde o blanca, una camioneta Chevrolet y una Hummer.

Versiones extraoficiales de la dirección de seguridad pública de Culiacán y de la policía ministerial indican que podría tratarse de narcojuniors que viven en Las Quintas, Chapultepec o el sector conocido como Coloso, pero no han sido confirmadas por las autoridades.

A pesar de que el modus operandi de los responsables de las agresiones es el mismo en los diferentes casos ocurridos desde septiembre pasado, por lo que podría tratarse del mismo grupo delictivo, las autoridades policiacas no han iniciado investigaciones al respecto.

En lo que va del año, en Sinaloa se han perpetrado 520 asesinatos, de los cuales 90 por ciento tienen relación con el narcotráfico. Sin embargo, la eficiencia de la procuraduría en la consignación de delincuentes apenas llega a 26 por ciento, según datos del Supremo Tribunal de Justicia.
La Jornada / 23/11/06

22.11.06

Linchamiento en Tláhuac


La violencia no es un tema nuevo para México, quizá, conforme se han presentado distintos casos violentos en diversas zonas del país, se pudiera decir que actualmente el desbordamiento de violencia es similar a un cáncer que va incrementándose al grado de poner en riesgo la seguridad del pueblo mexicano. Políticos, narcotraficantes, artistas, jóvenes, los maras, sindicatos y hasta civiles han sido participes de actos violentos que ponen en un riesgo mayor la seguridad para cualquiera.
Hace dos años sucedió un acto reprobable en Tláhuac, que tuvo como consecuencia un hecho verdaderamente escalofriante y alarmante después de que tres policías fueran linchados por los vecinos del sector. Para el 23 de noviembre del 2004 una muchedumbre que habitaba en San Juan Ixtayupan, preocupados por la conducta sospechosa de tres policías que trabajaban encubiertos, sobre una investigación en el sector, al ser descubiertos por un grupo de líderes, fueron tomados salvajemente por los vecinos cuyos instintos asesinos salieron a brote por el calor de la muchedumbre y por una sed de justicia irracional.
Las tres victimas eran los agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP): Víctor Morales Barrera y Cristóbal Bonilla Martínez, quiénes fueron asesinados en linchamiento primeramente, para después quemar sus cuerpos. Además de ellos, el agente Edgar Moreno Nolasco, quién resultara herido de gravedad y con quién los vecinos trataron de negociar lo sucedido con las autoridades a cambio de regresarles al agente con vida. Reacciones por parte de los gobernantes de nuestro país tanto en lo político como en lo religioso no se hicieron esperar, muchos dieron su punto de vista ante tal hecho sangriento y cruel, que gracias a las cámaras de televisión se pudo asemejar a las siniestras escenas proyectadas del linchamiento a un grupo de trabajadores, quiénes fueron confundidos con estudiantes pertenecientes al movimiento estudiantil del 68 en la película Canoa, dirigida por Felipe Cazals en 1975.
Ante el linchamiento de Tláhuac se especulo mucho sobre las razones por las cuales los tres integrantes de la PFP, se encontraban investigando en dicha delegación y se manejaron diversas versiones. Primero se dijo que los policías investigaban la desaparición de dos menores, por lo que fueron confundidos por secuestradores y esto desato el despiadado asesinato, también se dijo que investigaban el narcomenudeo y a grupos armados de dicha delegación.
Se manejaron muchos nombres a los que se les atribuyó la culpa de lo que sucedió en Tláhuac, algunos ya están pagando su condena y otros siguen en libertad; sin embargo la violencia sigue creciendo en nuestro país y tal parece que el gobierno se quedó ciego desde entonces, porque en vez de que las cosas pudieran haber mejorado y de que este suceso pusiera en foco rojo la seguridad que todos los mexicanos merecemos, los actos violentos van en aumento al igual que el saldo de personas muertas.
Más información


Juan Francisco Muñiz y Gina Leguizamo / Molenio Diario

21.11.06

Expo Serial killer

el Museo Medieval A. C. y la Secretaria de Seguridad Publica del Distrito Federal, a través del Centro Cultural Policial, tiene le honor de invitarlo a la rueda de prensa e ignaguracion de la exposición temporal, Serial Killers “Asesinos Seriales”.

A realizarse en las instalaciones del mismo, localizadas en Revillagigedo y Victoria, Colonia Juárez, a dos cuadras del Metro Juárez. Centro Histórico. El dia 22 de noviembre de 2006.

El orden del día será el siguiente:

a) 5:30 PM registro de medios.
b) 6:00 PM corte del listón por el señor Secretario de Seguridad Publica Capitalino el C. Joel Ortega Cuevas
c) 6:05 PM breve explicación y visita guiada
d) 6:30 PM Rueda de prensa

Teléfonos:
32190135
55124620

15.11.06

Cumple cuatro años multihomicidio ocurrido en Tlalpan

A cuatro años del multihomicidio donde siete personas de la familia Narezo Loyola fueron asesinadas, el inmueble ubicado en la calle de Cuitláhuac 186, de la colonia Toriello Guerra en Tlalpan, donde ocurrió la masacre, sigue sin venderse, deshabitado y con unas flores en la puerta de afuera que recuerdan los crímenes.

A pesar del intento por vender esta casa, los familiares de Ricardo Narezo Benavides, el líder de esa familia, nadie se ha interesado en este inmueble marcado por la muerte de dos menores de edad y cinco adultos.

El caso trae a colación una de las condenas más altas de la historia, 384 años y cuatro meses de prisión a Orlando Magaña, un vecino que decidió en complicidad con otro sujeto entrar a robar a la familia Narezo Loyola.

En las paredes de este inmueble se encontraron las manchas de sangre de los cuerpos que fueron arrastrados en los pisos del baño, cuartos y jardín.

El 15 de noviembre de 2002, fueron asesinados Ricardo Narezo y su esposa, Diana Loyola Bautista, así como sus hijos Ricardo Narezo Loyola, de 20 años y las pequeñas Andrea y Diana, de 13 y 10, respectivamente.
Los asesinos también acabaron con la vida de dos empleadas de limpieza Margarita y Cecilia, quienes fueron amordazadas para acallar sus gritos.

El 30 de noviembre del 2002 Orlando Magaña fue entregado por familiares luego de permanecer a salto de mata en diferentes domicilios de otros estados de la república y del Distrito Federal.

Hijo de un comandante de la Policía Judicial Federal, Orlando Magaña, vivía en el número 178 de la misma calle en la que residían sus víctimas.

El gran pendiente para la PGJDF fue la detención del presunto cómplice de nombre Jorge Esteva o Esteban, a quien Orlando Magaña intento responsabilizar de los siete crímenes para aminorar su culpa.

De esta masacre, sobrevivió Juan Pablo Quintana, un adolescente amigo de la familia, quien tras permanecer varios meses en hospitalización debido a las lesiones de muerte que recibió, responsabilizó y reconoció a Orlando Magaña como el autor de dichos homicidios.

A pesar de que Orlando Magaña fue recluido y sentenciado en el Reclusorio Oriente, las autoridades del Distrito Federal lo trasladaron al penal de Puente Grande en Jalisco al considerarlo un reo de altísima peligrosidad.

El juez encargado del caso dictó 384 años de prisión, aunque la defensa de Magaña apeló la resolución y logró disminuir tan solo tres años, quedando en 381 años de condena, una de las más altas.

Del único sobreviviente, Juan Pablo Quintana, se sabe que se mantuvo protegido por elementos judiciales para evitar repercusiones en su contra y luego abandonó el país para salvaguardar su integridad.

Del presunto cómplice, en noviembre del 2005 se informó que un cadáver había aparecido abandonado en el estado de México y que respondía a su características, versión que nunca fue confirmada por la Procuraduría de Justicia capitalina.

8.11.06

Bibioteca Virtual INACIPE

El Instituto Nacional de Ciencias Penales tiene en línea los formatos pdf de algunos de sus libros, destaca el "Manual para la Investigación del lugar de los Hechos" que puede descargarse aqui

6.11.06

- FORENSE - Telefilm Cubano Policiaco